Segunda parte de
una trilogía de Sergio Sánchez-Quiu, que sigue a “El futuro en sus ojos”.
Si la primera
parte, “El futuro en sus ojos”, va alternando y entrelazando dos historias de
los años 20 y 70, respectivamente, del siglo pasado, esta segunda se centra en
el período de la guerra civil, siguiendo la historia de los protagonistas de
los años 20 de la primera.
Ahora el
protagonista es el bebé que dejamos en la anterior, cuando ya tiene 10 años y
vive la guerra junto a su padre, o quien le hace de padre.
La mirada de los
ojos de niño da fuerza y candidez a buena parte del relato, basado en notas o el
manuscrito que elaboró, aunque en algunas partes del relato chirría un poco, y
hace de algunos relatos históricos complejos un galimatías difícil de entender.
El relato va
haciendo referencia continua a hechos históricos reales, generalmente bien
recreados. Intenta huir del maniqueísmo de buenos y malos, aunque por una vía
intermedia ecléctica poco fundamentada de “guerra entre hermanos”, dando por
hecho que los buenos son “los nuestros” y adjudicando el sambenito de malos, en este caso, a los estalinistas.
La trama y los
personajes tienen buena entidad. El relato, no obstante, se introduce en
vericuetos muy rebuscados y enrevesados en ocasiones. Aunque ahora el
protagonista principal es el niño Josep, junto a su padre, sigue apareciendo,
aunque con menos fuerza, un personaje singular, quijotesco, Ferran, que en la
primera parte deslumbra aún más por su singularidad y lenguaje.
En ocasiones, el
análisis que se hace de los hechos históricos, como los de mayo del 37, recurre
a una reflexión posterior en las notas del protagonista, para dar coherencia a
las explicaciones.
Hay pasajes con
descripciones y pinceladas de los personajes realmente buenas, pero cierta
irregularidad, pues hay otras donde la confusión del relato no se justifica por
la visión del protagonista.
En resumen, buena
novela histórica, aunque compleja, en el contexto de la trilogía, que habrá que
esperar a su tercera parte para acabar de valorar en coherencia y en su
conjunto.
Deja entrever
gran lucidez, junto con aspectos de novela primeriza en la que se quiere
explicar todo.