diumenge, 21 d’agost del 2022

 


LA OTRA REVOLUCIÓN RUSA. María Cerón

Este mes de julio esperé ansioso conseguir el libro de María Cerón. Costó un poco, por cierto. Pero algo me decía que debía leer ese libro, que hablaba de algo nuevo. Y eso he encontrado, algo nuevo. Una ciencia ficción, una distopía jugando con los valores de, cada vez, demasiada gente.  Y con los de la historia, los de algunos epicentros del pensamiento y la ciencia universales, en los que se permite descansar la evolución natural e histórica de acontecimientos futuristas con los que cada vez más personas comulgan, a propósito de una paz necesaria cuando hay guerras, unos cambios medioambientales cuando vemos ya peligrar el planeta o sufrir pandemias y otras plagas.

Con una cierta displicencia ante una utopía que la misma sinopsis anticipaba, empecé la historia, que me atraía, intrigaba y apetecía conocer.

Un inicio casi “in media res” se hace explosivo, y el contraste es que le sigue un ritmo sostenido después, y que a modo de flashback inadvertido retoma los inicios de la historia lineal que corre paralela a la del líder.

Una buena estructura invisible le da a la novela un armazón de obra bien trabada, signo de quien ya no es una escritora novel.

Sus páginas me fueron desvelando metódicamente la historia que me aprestaba a seguir, con un estilo claro y transparente y una tan buena escritura como cuando no hay que preocuparse por entenderla porque todo está muy bien dicho. Cierto tono poético en ocasiones, histórico y didáctico en otras, sin un atisbo de pedantería ni banalidad, le dan al libro un carácter amable y cercano que va desgranando las bases de los cambios sociales. Deteniéndose aquí y allá en detalles sobre este país o el otro, sobre su historia y sus personajes.

Hay un punto, hacia la mitad, en que la impaciencia del lector cree ver paralizada la narración que, sin embargo, avanza, implacable.

Tampoco se notan descripciones ni párrafos sobrantes. Todo parece estar porque es necesario. Y aunque en ocasiones algo parece genérico y sin concretar, el “discurso” de los cambios narrados persiste, constante y coherente.

Si bien parece haber una elipsis de las tareas más rutinarias pero necesarias de cualquier gobierno, lo cierto es que los giros que aparecen en la segunda parte son claves para conformar el juicio del conjunto de las partes implicadas. También pueden aparecer como demasiado bucólicas o naifs algunas visiones de los antagonistas admitiendo los valores del adversario, pero el relato de una revolución en marcha avanza, implacable, con descripciones suaves y llanas de la nueva realidad que contrasta con la antigua.

Repensar el decrecimiento, la descontaminación, …cambiar el mundo. Lo que tantos vemos claro que alguien habría de hacer.

Una muy buena novela.


Putas de campo. Fermi Cañaveras


 

Putas de campo.  Fermi Cañaveras

Una magnífica recreación de la vida de Isadora Ramírez (nombre que rememora a la bailarina Isadora Duncan, que «simpatizaba con los movimientos obreros y la Revolución Rusa, y que cantaba la marsellesa al terminar de bailar») y otras amigas y familiares, que huyeron de Madrid al acabar la guerra y se metieron en la boca del lobo de los alemanes y la guerra mundial.

Fermina ha rescatado del olvido la historia de esas mujeres… Una historia de ”perdedoras”, con descripción de lo tremebundo de aquella situación infame en la que, en los campos, te podía tocar la muerte ya de entrada o una supervivencia a base de explotación de la peor.

El tatuaje “FELD-HURE”, con el triángulo invertido negro, el color más bajo que te podían poner en un campo de concentración, para las lesbianas y las putas, y debajo del triángulo, el número. Y los experimentos a los que podían ser sometidas.

Subyacen mensajes positivos, no solo de sobrevivir para buscar a los familiares, sino de que luchar siempre valió la pena.

Una recreación histórica por parte de una historiadora que aparenta hacer su tesis doctoral cuando en realidad se ha prendado de un personaje y de su vida como para indagar hasta el final.

Me llamó la atención la reflexión, en la página 25, de que ”la historia se compone de pequeñas historias  guardadas en un cajón que esperan que alguien las cuente”. Algo en lo que me he sentido muy reflejado en mi búsqueda de historias para contar o recrear. No en vano, en el prólogo de Antoni Batista de mi reciente libro “Sant Pau 1970, Asignaturas pendientes de la Transición” se hace la misma reflexión (“la gran historia es una suma de historias más pequeñas miradas al microscopio…”). También tienen en común, ambos libros, recorrer paisajes como Atocha. O personajes como Semprún, que aunque no en Ravensbrück, sí estuvo en Buchenwald, o Viktor Fankl, que estuvo en varios . O tantos otros aspectos de la lucha antifascista.

Me quedo con ganas de saber si el reportaje anunciado de Le Monde era real o no. El 21 de octubre de 1945 no consta diario en los archivos, quizá por ser domingo.

Magnífica novela histórica. ¡Gracias por escribirla, Fermi!