diumenge, 21 d’agost del 2022

Putas de campo. Fermi Cañaveras


 

Putas de campo.  Fermi Cañaveras

Una magnífica recreación de la vida de Isadora Ramírez (nombre que rememora a la bailarina Isadora Duncan, que «simpatizaba con los movimientos obreros y la Revolución Rusa, y que cantaba la marsellesa al terminar de bailar») y otras amigas y familiares, que huyeron de Madrid al acabar la guerra y se metieron en la boca del lobo de los alemanes y la guerra mundial.

Fermina ha rescatado del olvido la historia de esas mujeres… Una historia de ”perdedoras”, con descripción de lo tremebundo de aquella situación infame en la que, en los campos, te podía tocar la muerte ya de entrada o una supervivencia a base de explotación de la peor.

El tatuaje “FELD-HURE”, con el triángulo invertido negro, el color más bajo que te podían poner en un campo de concentración, para las lesbianas y las putas, y debajo del triángulo, el número. Y los experimentos a los que podían ser sometidas.

Subyacen mensajes positivos, no solo de sobrevivir para buscar a los familiares, sino de que luchar siempre valió la pena.

Una recreación histórica por parte de una historiadora que aparenta hacer su tesis doctoral cuando en realidad se ha prendado de un personaje y de su vida como para indagar hasta el final.

Me llamó la atención la reflexión, en la página 25, de que ”la historia se compone de pequeñas historias  guardadas en un cajón que esperan que alguien las cuente”. Algo en lo que me he sentido muy reflejado en mi búsqueda de historias para contar o recrear. No en vano, en el prólogo de Antoni Batista de mi reciente libro “Sant Pau 1970, Asignaturas pendientes de la Transición” se hace la misma reflexión (“la gran historia es una suma de historias más pequeñas miradas al microscopio…”). También tienen en común, ambos libros, recorrer paisajes como Atocha. O personajes como Semprún, que aunque no en Ravensbrück, sí estuvo en Buchenwald, o Viktor Fankl, que estuvo en varios . O tantos otros aspectos de la lucha antifascista.

Me quedo con ganas de saber si el reportaje anunciado de Le Monde era real o no. El 21 de octubre de 1945 no consta diario en los archivos, quizá por ser domingo.

Magnífica novela histórica. ¡Gracias por escribirla, Fermi!

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